viernes, 8 de abril de 2011

El "nuevo orden" nazi en Europa

Hitler, después de sus conquistas y con el fin de asegurar el Gran Reich, consideró esencial crear un “nuevo orden” en el que quedase claro el dominio de Alemania sobre Europa.

La explotación económica de los países conquistados

La estrategia alemana de la guerra relámpago presuponía una guerra corta, y su prolongación creó graves problemas. Desde 1942 se desvaneció la ilusión de una guerra rápida, y Alemania no era capaz de mantener el esfuerzo de la guerra solo con sus recursos. Por eso, se diseñó una política de explotación, saqueo y rapiña de los recursos humanos y económicos de los países ocupados.

Los países conquistados tuvieron que pagar los gastos militares y se procedió al saqueo bajo diversas formas:

  • - Requisa de materias primas
  • - Requisa de productos industriales y alimenticios
  • - Expoliación de bienes judíos
  • -

El régimen de ocupación fue especialmente duro en Europa oriental, donde se establecieron miles de campos de trabajo, en los que las SS y los grandes conglomerados industriales alemanes explotaron sin límites a una mano de obra esclava. Unos 8 millones de civiles y prisioneros de guerra fueron deportados y empelados en fábricas de armamento o en los sectores agrícolas.

Colaboracionismo y resistencia

El “nuevo orden nazi” instaurado en los países ocupados encontró respaldo en una minoría. Solo en Polonia y en la URSS, dada la dureza de la ocupación, no se dio la figura del colaboracionista. Destacaron sobremanera dos regímenes colaboracionistas:

- El noruego del comandante Vidkun Qyuisling

- El régimen de Vichy en Francia, con el mariscal Pétain al frente

Las razones del colaboracionismo fueron varias:

  1. - El apoyo a las ideas nazis
  2. - La consideración del nazismo como algo “inevitable”
  3. - El temor al comunismo

Junto al colaboracionismo apareció la resistencia en todos los países sometidos al terror nazi. Surgió como un movimiento patriótico caracterizado por su rechazo a la ocupación alemana. En Europa del este la unidad de las fuerzas de la resistencia se realizó bajo la hegemonía comunista, casos de Yugoslavia y Grecia. En Europa occidental la resistencia estaba formada por todos los sectores sociales contrarios al nazismo.

Yugoslavia fue el país donde la resistencia tuvo una mayor amplitud. En la dirección de la oposición a la ocupación alemana acabaron por imponerse el comunista Josif Broz Tito y sus partisanos. En 1944, antes de la llegada del Ejército Rojo, Tito liberó y reunificó el país.

Italia tuvo un importante desarrollo de la resistencia en la zona de la República de Saló. A pesar de la hegemonía comunista, en la resistencia italiana participaron también el resto de los partidos políticos antifascistas.

En Francia y en otros países de la Europa occidental los movimientos de resistencia fueron alentados por los británicos, y sus acciones se intensificaron a partir de 1941. Emprendieron, sobre todo, acciones de hostigamiento, sabotaje y trabajos de inteligencia al servicio de la causa aliada. Al frente de la resistencia francesa en el exterior estaba Charles De Gaulle, como dirigente de la Francia libre. En el interior, los sindicatos y los partidos en la clandestinidad, se agruparon en el Consejo Nacional de la Resistencia que reconoció a De Gaulle como líder.

Por su parte, la represión contra la resistencia fue feroz. La Gestapo, las SS y los campos de concentración fueron los instrumentos del terror nazi.

Germanización y genocidio

Los aspectos más brutales de la ocupación alemana derivaron de las dos bases del proyecto de Hitler:

  • - La purificación de la raza alemana
  • - La expansión de sus fronteras en busca del “espacio vital” en el Este

En Europa oriental se desarrolló el programa de desplazamiento de los pueblos eslavos, considerados “subhumanos” y carentes de derechos, para dejar espacio a las poblaciones alemanas.

El aspecto más horrible de la espantosa política racial nazi fue el exterminio de los judíos, el Holocausto. En 1941 Hitler encargó el esbozo de un plan de eliminación de los judíos de Europa, unos 11 millones, cuyo primer paso fue una masiva deportación a guetos y a campos de concentración.

Tras la Conferencia de Wannsee de enero de 1942 empezó el exterminio masivo y planificado de los judíos en las cámaras de gas y en los hornos crematorios de los principales campos de exterminio, como Auschwitz, Treblinka, Chelmo,… Esto es lo que se llamó la solución final al problema judío. En apenas dos años, fueron exterminados unos 6 millones de judíos, así como cientos de miles de gitanos, homosexuales, discapacitados, opositores políticos, etc.

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